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    lunes, 7 de diciembre de 2020

    RECUPERANDO MIS VÍNCULOS




    “Los tiempos en que existía el otro se han ido. El otro como Misterio, el otro como seducción, el otro como Eros, el otro como deseo, el otro como infierno, el otro como dolor, va desapareciendo…”

    ― Byung-Chul Han, La expulsión de lo distinto


    “A ratos nos asustan mucho las preguntas” mencionó Max Jiménez, sexólogo y Terapeuta existencial, director académico del CIR-EX (Círculo Existencial) en Ciudad de México; y sí, nos asusta el hecho de hacer, generar, o nos hagan una pregunta, cuestionar es sinónimo de controversia, de poner en duda, de reñir, al menos la mayoría nos vamos por esa rama cuando cuestionamos, y en algún punto sí, pero cuestionamos lo que vemos, lo que somos capaces de percibir, aquello que vemos y no coincide conmigo. 

    “Recuperando mis vínculos: Mundo/Otros/Yo” fue el tema de la conferencia de Max el sábado 14 de noviembre del 2020 por la mañana, de principio, una piensa en que te darán la guía para reconquistar aquello que perdiste o dejaste, etcétera, pero es una forma de cuestionarnos a nosotros mismos, al menos desde mi hermenéutica, fue una invitación para cuestionarme a mí, todos mis vínculos con el otro, con el mundo, y con la persona más importante de mi vida, yo misma. 

    Me tarde un rato en escribir porque Max hizo hincapié en un libro del Filósofo surcoreano Byung-Chul Han, titulado “La expulsión de lo distinto”, y obviamente me permití comprar ese libro, para saber que tanto coincidía o chocaba con mi perspectiva actual y la que quedaría después de terminar de leerlo, y justo a la frase que acabo de mencionar por mi pensar, cito tal cual Max puso a la mesa y me hizo darme una vuelta al pasado, a mi pasado “Sino coincido con lo que debería coincidir nos cuestionamos las ideas, pensamos en que algo está mal en nosotros”.

    Y bueno, hay algo que a muchos de nosotros nos aterra, “pensar por cuenta propia” “pensar distinto” la proliferación de lo igual, hace que muchos de nosotros vivamos el miedo de expresar, ser, o hacer, simplemente porque la sociedad en donde me muevo piensa o predica una situación totalmente distinta a lo que yo estoy pensando. Creemos como verdad absoluta aquello en lo que nos movemos, Michel Foucault nos enseña que la verdad no existe, lo que existe es la verdad que el poder (independientemente de cual sea este) repite hasta ser creída. 

    Lo que desde mi perspectiva me causo cierto dolor, es que, yo misma me muevo en la esfera de lo igual, cuando deseo que el otro piense como yo, actúe como yo, y busque tal cual yo busco lo mejor para mí, busque lo mejor para el/ella, y me olvido, que obligar a alguien a pisar un mundo (mi mundo) que no conoce, o no quiere ir, es violencia; es decir, yo soy feminista, no me considero una feminista radical, y difiero con algunas posturas de la cuarta ola, pero mi verdad del feminismo, no tiene que hacerme atacar a quienes tienen posturas sumamente radicales; definitivamente a mí me falta mucho camino por recorrer en el mundo del feminismo, pero el que lleve ventaja en lectura sobre muchas de mi generación o familia cercana, no me hace una verdugo para que otras abracen el feminismo desde mi postura, muchas de las que están a mi alrededor, no tienen idea de cómo surgió el feminismo, y desconocen que su derecho al voto como mujer fue concebido por feministas de la primera y segunda ola; vincularme con el otro, es permitirme y comprender que esa otredad tiene un mundo totalmente distinto al mío, digamos, una hermenéutica, donde pueden venir a mi a cuestionar, y quizá puedo cuestionar, pero no me obliga ni le obliga a pensar igual. 

    Muchos de nosotros violentamos y dañamos el vínculo con los otros, por la negatividad de lo distinto, tenemos tanto miedo a lo que no es como “debería ser” que sometemos a juicio de muerte a aquellos que se atreven a salir de esa pecera en la que estaban. Incluso, abrazar un discurso único, nos lleva a violentarnos a nosotros mismos, porque somos un complemento de todo, ser siempre “positivos” es una cruel moda que nos lleva a eximir las emociones “negativas” que a veces no son negativas, simplemente no son bien vistas; queremos predicar libertad oprimiéndonos a nosotros mismos en algo que deseo para mí; la bronca de una violencia hacia mi misma es que esta justificada “debo ser siempre positiva” no, realmente no, a veces queremos mandar todo al carajo y tomar una pausa, y está bien, las pausas nos abren las puertas a nuevos mundos. 

    ¿Cuántas posibilidades asesinamos por querer mantener un discurso oficial? Una convicción que me limita a una pecera, cuando el océano del saber es inmenso. ¿Cuál es la necesidad de arriesgarme? ¿Qué necesidad tengo de ir más allá de lo que actualmente soy? La necesidad de conocerme, porque si yo me conozco a mi en las mayorías de las perspectivas, dejaré de ser una amenaza para mi misma. 

    Recuperar mi vinculo con esa otredad, es recuperar una parte de lo que yo soy, o de la historia que no puedo dejar de mí, abrazar quien fui sin importar que el discurso que predicaba sea totalmente distinto, es volver al pasado, y no querer cambiar nada, pues cambiar cualquier ligereza podría alejarme de aquella que en el presente soy.

    La invitación fue a cuestionarnos, a cuestionar a aquellos que son distintos a nosotros, no para obligarlo u obligarnos al igual, sino para conocer y darnos cuenta que es un mundo totalmente distinto al que yo vivo, cuestionarnos, no importa que nos asusten las preguntas; mencionaron que la visión existencial fenomenológica, es muy buena para cuestionar, pero no tan buena para responder, por eso, quizá, desde esta perspectiva, siempre serán mas importantes las preguntas. 

    Cuestionarnos sobre lo distinto, nos transforma. Su esencia es el dolor, lo igual no duele; pero el dolor es sinónimo de crecimiento. 

    Quizá recuperar el vinculo con otros/otras nos causará temor, pues su mundo gira en pos de lo distinto, o lo igual, pero hará comprendernos a nosotros mismos, dejemos ya de vivir bajo la fantasía de que aquello que está más allá de mi visión me puede hacer daño, pues también puede darnos vida, y vida en abundancia. Por otra parte te invito a que cada publicación de té de mujer sea placentero para ti, para mí, para todos y me sigas en la página de Facebook Té de Mujer  por twitter me encuentras como Amayrani Gargall, y también puedes escribirme o platicarme tus inquietudes, historia, preguntas, etc., al email tedemujer@gmail.com

    O si prefieres leer, puede hacerlo en https://tedemujer.blogspot.com/  y/o escucharme en Spotify en los podcasts de Té de Mujer.

    Les mando un abrazo, esperando que mi hermenéutica de esta ponencia les permita considerar un reencuentro amistoso y amoroso con los vínculos que deseen recuperar, y que esa recuperación, sea llena de magia y asombro. 

    ¡Hasta la próxima!

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