Benny Cruz Zapata
Cd. Victoria, Tamaulipas.-En la estadística formal manejadas por el CONEVAL-Consejo Nacional de Evaluación- 184 mil tamaulipecos viven en la pobreza extrema, ubicándose, principalmente en los municipios del Altiplano, en San Nicolás, San Carlos y algunos de la frontera, más allá de las cifras oficiales, en el día a día cientos de familias en la capital de Tamaulipas no tienen ni segura la comida diaria, ya que la carestía a suprimido al mínimo la llamada canasta básica, teniendo que hacer milagros para alimentar a las familias, señala Imelda Hernández Carreón, ex regidora y gestora social:
“Si nos vamos a los precios tenemos que la cebolla y el tomate rebasan los 30 pesos por kilogramos, que la carne ya es un lujo, por lo que la gente vive al día, batallando hasta para alimentar a la familia”.
Las características de este sector poblacional identificado por la Secretaria de Desarrollo Social es la carencia de los servicios públicos más elementales como es el agua potable y la energía eléctrica, sobreviviendo con menos de dos salarios mínimos- o lo que es lo mismo poco más de 100 pesos.
La pobreza extrema es cuando una persona se encuentra en situación de pobreza extrema cuando tiene tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentra por debajo de la Línea de Bienestar Mínimo. Quien está en esta situación, dispone de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicara completo a la adquisición de alimentos, no podría obtener los nutrientes necesarios para tener una vida sana.
La pobreza moderada se padece cuando la persona que siendo pobre, no es pobre extrema. La incidencia de pobreza moderada se obtiene al calcular la diferencia entre la incidencia de la población en pobreza menos la de la población en pobreza extrema.
Pero en el día a día no se necesita estar en este nivel de pobreza, para sentir los estragos que la escalada de precios está causando en la economía doméstica; en donde las mujeres principalmente hacen milagros para no pasar de pobres a pobres extremos.
Hernández Carreón de la Red de Gestores Unidos expone que la crisis económica traducida en lo cotidiano en una escalada de precios que parece no tener fin, ha llevado a las mujeres a hacer todo tipo de malabares para salvar la situación:
" En el día a día enfrentan embates de una crisis alimentaria, que nos guste o no se está viendo por todos lados, nosotros en la Red de Gestores Unidos nos damos cuenta de las carencia que padece la población, por ello tenemos el reto de juntar voluntarios que con la entrega de una despensa alimentan a una familia”.
La también ex regidora en el municipio de Victoria para que la gente que tiene voluntad de participar y ayudar a ayudar, lo haga de manera personal o a través de una asociación civil:
“Lo que se necesita es ayudar porque hay personas que no tienen seguro ni el alimento diario”.
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