Benny Cruz Zapata
Cd. Victoria, Tamaulipas.-Los trastornos alimenticios que se padecen están estrechamente relacionados con los problemas sicologicos que agobian a la población, sustenta Cesar Humberto Carranza Avendaño, investigador de la Unidad Académica de Trabajo Social y Ciencias para el Desarrollo Humano (UATSCDH), por ello desde la perspectiva psicológica, es necesario profundizan en las problemáticas relacionadas con la nutrición, mismas que pueden llegar a afectar seriamente la vida de quien las padece.
Considera que es necesario mitigar el impacto que las problemáticas psicológicas y nutricionales están teniendo en la población:
“La psicología tiene un papel importante en la enseñanza de la nutrición, y desde esta perspectiva tratamos de dar una explicación al desperdicio de alimentos, por ejemplo”, indicó, tras citar que la relación entre alimentación materna y los trastornos alimenticios puede a veces ser muy estrecha.
Refiere que el desperdicio de alimentos, además de ser algo cruel e inhumano, es un problema grave porque denota otro tipo de problemáticas, que pueden remontarse a los vacíos emocionales que se crean en la infancia.
“Según las teorías psicológicas el ser humano no nace como es, sino que se construye en función de la interacción con factores externos, papá, mamá, familia y el entorno social”, señala.
Explicó que en los primeros años de vida de una persona se desarrolla la parte emocional del individuo: “la lactancia materna es fundamental para la vinculación del niño con su madre y el alimento es crucial para el apego emocional, la ausencia de ese acompañamiento en el alimento genera un vacío en el individuo”.
“Tiene alimento pero no es feliz, come pero no llena, se da atracones y va y lo vomita, y pasa por el desarrollo emocional precisamente, y la ausencia en el proceso de acompañamiento de la alimentación”, aseveró.
Señala que dichos vacíos emocionales se manifiestan actualmente cada vez más temprano en los infantes, “ahora los niños dicen estoy aburrido, les compran juguetes caros y no se entretienen, tiene juguetes para la vida pero no son felices”.
“Estos vacíos también se manifiestan en la nutrición en la edad adolescente, en los llamados trastornos alimenticios, que se caracterizan por el miedo a engordar o a no tener un cuerpo grato de acuerdo a los cánones de belleza que nos dicta el sistema comercial, que invade a las personas con sus mensajes constantes”, subrayó.
Sostiene que para poder resolver estas problemáticas es necesario analizar el fondo de nuestra historia personal: “para saber dónde está instalada esa situación que me hace hoy día posesionarme en la vida ante esta situación de desperdicio permanente del alimento”.
“Los vacíos emocionales son como pozos sin fondo, en tanto nosotros no lo clarifiquemos, podemos seguir padeciendo una serie de trastornos severos, por ello se hace necesario el trabajo multidisciplinario en esta diversidad de temas”, concluyó.
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