IDEOLOGÍA
POR JUAN SANTIAGO PEÑA PONCE
09 de diciembre de 2016.
Es indiscutible el hecho que la administración que encabezara Donald Trump en el país más poderoso del globo se caracterizará por una postura en extremo conservadora y dura en el aspecto comercial y de buena vecindad para con nuestro país.
Los nombramientos que ha realizado son toda una declaración: conservadores anti libre comercio, militares que están en contra de la inmigración, personajes duros que se parecen mucho a Trump.
En materia comercial, no hay dudas de cuál es el pensamiento lineal y poco sofisticado del próximo presidente de la nación más poderosa del mundo: si una empresa estadounidense fabrica en el extranjero y vende en ese país, tendrá el castigo tributario. Trump ha amenazado a las compañías manufactureras estadounidenses en todos los giros que tasará con un impuesto del 35% a los productos que sus fábricas establecidas o por establecerse en México produzcan y envíen a Estados Unidos.
Es obvio el hecho de que si se le aplica un arancel del 35% a los productos producidos en México por parte de empresas estadounidenses, pues no les convenga mas producir en México, sus productos estarían demasiado caros en el mercado estadounidense y por ende no se venderían. Esto por un lado, hará que las empresas estadounidenses detengan sus planes de transferir líneas de producción del vecino país a México e inclusive de cerrar líneas de producción en sus plantas establecidas aqui y retornarlas a sus instalaciones estadounidenses.
Esto causaría que en nuestro país la producción de bienes manufacturados díganse en la industria automotriz, en la de electrónica en general, en la de refrigeración, la de juguetes e inclusive en la de ropa tienda a reducirse y por ende afectaría la generación de riqueza, es decir nuestra economía tendería a contraerse y eso pone en una situación bastante difícil a la paridad cambiaria de nuestro peso frente al dólar.
Pero, entonces ¿Porque una empresa de venta al menudeo como lo es el gigante Wall Mart ha anunciado esta semana, y en nada más y nada menos que en la residencia oficial de los Pinos que estará invirtiendo en México alrededor de 130 mil millones de dólares?
¿Significa esto una postura retadora por parte de Wall Mart ante el poderoso magnate y ahora presidente electo Donald Trump?
La respuesta es: ¡NO!
De hecho a Trump ni siquiera le inquieta esta situación, por el contrario esta decisión de Wall Mart fortalece al corporativo norteamericano que está tributando en Estados Unidos. A diferencia de las empresas manufactureras que al transferir líneas de producción de Estados Unidos a México generan desempleo en el país más poderoso del orbe, las cadenas de ventas al menudeo como
Wall Mart no cierran sus bodegas en ese país y no despide personal al abrir nuevas tiendas en México, simplemente están expandiendo sus operaciones.
La inversión de los 130 mil millones de dólares se destinará a la construcción de centros de distribución, lo que generará más de 10,000 empleos directos permanentes en el país.
Guilherme Loureiro, presidente ejecutivo y director general (CEO) del minorista en el país declaró o durante su reunión en la Residencia Oficial de Los Pinos: “Con este anuncio refrendamos la confianza que tenemos en México. Esta inversión derivará en una derrama económica para sectores como el de construcción, el agropecuario y otros”.
“México es un país rico en oportunidades y con un terreno fértil en el cual se puede crecer”, dijo el directivo.
La cadena tiene alrededor de 2,300 establecimientos en 500 municipios del país, donde recibe a más de cuatro millones de mexicanos en sus tiendas. Además, cuenta con 28,000 proveedores y más del 90% de la mercancía del minorista se compra en el territorio nacional y genera alrededor de 200 mil empleos.
El mensaje que quieren mandar tanto esta empresa, y su inversión anunciada por 1,300 millones de dólares, como el presidente al abrir la casa presidencial y encabezar el evento es que más allá de un plan específico de Trump de entorpecer el comercio de manufacturas, hay otros sectores donde una empresa de origen estadounidense va a seguir haciendo muy buenos negocios en México.
El peor enemigo de Walmart y del resto de los participantes del sector terciario de la economía es la desconfianza interna.
Hoy tanto los analistas, los consumidores y muchos inversionistas muestran niveles históricamente bajos de confianza y de lo que se trata es de mostrar que hay razones para preocuparse, pero que más allá del señor Trump, la economía se mueve.
Hasta la próxima, primeramente Dios.
Correo electrónico: columnaideologia@gmail.com
POR JUAN SANTIAGO PEÑA PONCE
09 de diciembre de 2016.
Es indiscutible el hecho que la administración que encabezara Donald Trump en el país más poderoso del globo se caracterizará por una postura en extremo conservadora y dura en el aspecto comercial y de buena vecindad para con nuestro país.
Los nombramientos que ha realizado son toda una declaración: conservadores anti libre comercio, militares que están en contra de la inmigración, personajes duros que se parecen mucho a Trump.
En materia comercial, no hay dudas de cuál es el pensamiento lineal y poco sofisticado del próximo presidente de la nación más poderosa del mundo: si una empresa estadounidense fabrica en el extranjero y vende en ese país, tendrá el castigo tributario. Trump ha amenazado a las compañías manufactureras estadounidenses en todos los giros que tasará con un impuesto del 35% a los productos que sus fábricas establecidas o por establecerse en México produzcan y envíen a Estados Unidos.
Es obvio el hecho de que si se le aplica un arancel del 35% a los productos producidos en México por parte de empresas estadounidenses, pues no les convenga mas producir en México, sus productos estarían demasiado caros en el mercado estadounidense y por ende no se venderían. Esto por un lado, hará que las empresas estadounidenses detengan sus planes de transferir líneas de producción del vecino país a México e inclusive de cerrar líneas de producción en sus plantas establecidas aqui y retornarlas a sus instalaciones estadounidenses.
Esto causaría que en nuestro país la producción de bienes manufacturados díganse en la industria automotriz, en la de electrónica en general, en la de refrigeración, la de juguetes e inclusive en la de ropa tienda a reducirse y por ende afectaría la generación de riqueza, es decir nuestra economía tendería a contraerse y eso pone en una situación bastante difícil a la paridad cambiaria de nuestro peso frente al dólar.
Pero, entonces ¿Porque una empresa de venta al menudeo como lo es el gigante Wall Mart ha anunciado esta semana, y en nada más y nada menos que en la residencia oficial de los Pinos que estará invirtiendo en México alrededor de 130 mil millones de dólares?
¿Significa esto una postura retadora por parte de Wall Mart ante el poderoso magnate y ahora presidente electo Donald Trump?
La respuesta es: ¡NO!
De hecho a Trump ni siquiera le inquieta esta situación, por el contrario esta decisión de Wall Mart fortalece al corporativo norteamericano que está tributando en Estados Unidos. A diferencia de las empresas manufactureras que al transferir líneas de producción de Estados Unidos a México generan desempleo en el país más poderoso del orbe, las cadenas de ventas al menudeo como
Wall Mart no cierran sus bodegas en ese país y no despide personal al abrir nuevas tiendas en México, simplemente están expandiendo sus operaciones.
La inversión de los 130 mil millones de dólares se destinará a la construcción de centros de distribución, lo que generará más de 10,000 empleos directos permanentes en el país.
Guilherme Loureiro, presidente ejecutivo y director general (CEO) del minorista en el país declaró o durante su reunión en la Residencia Oficial de Los Pinos: “Con este anuncio refrendamos la confianza que tenemos en México. Esta inversión derivará en una derrama económica para sectores como el de construcción, el agropecuario y otros”.
“México es un país rico en oportunidades y con un terreno fértil en el cual se puede crecer”, dijo el directivo.
La cadena tiene alrededor de 2,300 establecimientos en 500 municipios del país, donde recibe a más de cuatro millones de mexicanos en sus tiendas. Además, cuenta con 28,000 proveedores y más del 90% de la mercancía del minorista se compra en el territorio nacional y genera alrededor de 200 mil empleos.
El mensaje que quieren mandar tanto esta empresa, y su inversión anunciada por 1,300 millones de dólares, como el presidente al abrir la casa presidencial y encabezar el evento es que más allá de un plan específico de Trump de entorpecer el comercio de manufacturas, hay otros sectores donde una empresa de origen estadounidense va a seguir haciendo muy buenos negocios en México.
El peor enemigo de Walmart y del resto de los participantes del sector terciario de la economía es la desconfianza interna.
Hoy tanto los analistas, los consumidores y muchos inversionistas muestran niveles históricamente bajos de confianza y de lo que se trata es de mostrar que hay razones para preocuparse, pero que más allá del señor Trump, la economía se mueve.
Hasta la próxima, primeramente Dios.
Correo electrónico: columnaideologia@gmail.com
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