Por.-
José Casimiro Ordaz.
27/05/2015
En la monumental construcción
de la casa de ladrillo más conocida como Hacienda La Sauteña, se encuentra un
pequeño museo que recuerda principalmente a los campesinos y a diferentes ramas
de cual eran partes de los artículos de antaño que se ocupaban para desempeñar
diferentes labores de trabajo; dichos ejidatarios se han dado a la tarea de
conservar esos artículos de ataño que nos hace recordar a los adultos todas las
cosas que vivimos junto a esos instrumentos que alguna vez alguien ocupo para
desempeñar alguna labor.
La intención de los
Ejidatarios del ejido Río Bravo es que a futuro se tenga un museo donde
nosotros los Tamaulipecos y visitantes podamos observar al 100% aquellas bellísimos
utensilios de trabajo que en este caso se componen de una sembradora, una silla
de montar haciendo alusión al charro mexicano, bombillas que se utilizaban para
alumbrarse cuando jornaleros y agricultores andaban en el campo, aquellos
tarros lecheros que de antaño los campesinos terciaban al lomo de sus bestias
para transportar el líquido fresco de calidad donde muchos de los campesinos
era su alimento preferencial para hacerse un nutritivo chocolate, así como una
deliciosa mantequilla o crema o porque no un suculento queso.
También pudimos
observar fotografías que nos hace recordar los tenes de vapor que hubo allá por
el año del 1902, así como fotografías de muchos personajes políticos que
sembraron una gran historia de los pueblos mexicanos; también pudimos observar
en el interior de este pequeño museo el retrato de un grandioso hombre
tamaulipeco y nacido sin temor a equivocarme en Río Bravo, pues a quien me
refiero pues al gran político Juan Antonio Guajardo Anzaldua, quien a unos años
de su muerte el pueblo de Río Bravo, lo sigue llevando en su memoria, así como
en una de las ventanas de dicha construcción pudimos observar aquellos guajes
que nuestros antepasados usaban con mucha frecuencia para llevar toda clase de
bebidas de acuerdo a sus posibilidades.
También se pudo observar
aquellas viejas máquinas de escribir que muchos de nuestros antecesores
utilizaron por décadas y décadas, RECORDAR ES VIVIR, y felicidades por el eslogan
UN VIAJE AL PASADO siempre nos transporta a nuestras vivencias de antaño.
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